¿Es el nuevo electrodoméstico económico o un devorador de electricidad? En realidad, un vistazo a la etiqueta energética debería bastar para aclarar esta cuestión. Pero el antiguo etiquetado a menudo causaba confusión, porque una gran parte de los aparatos se encontraban recientemente en las “clases plus” A+, A++ o A+++.
Así pues, el sistema de etiquetado a escala de la UE se ha revisado y reescalado a fondo. Desde principios de marzo de 2021, grupos de productos como frigoríficos o lavadoras deben llevar la nueva etiqueta.
¿Qué ha cambiado para los consumidores como consecuencia de ello y qué ventajas le aporta la nueva etiqueta energética?

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Clases de eficiencia energética: Esto es lo que significan las letras A a G de la etiqueta energética

En la UE, los fabricantes de grandes electrodomésticos están obligados desde 1995 a colocar una etiqueta energética claramente reconocible en el aparato. Esta etiqueta proporciona información sobre el consumo de energía, así como otras características de uso. Para ofrecer a los consumidores una visión de conjunto sencilla, en un principio se introdujo una escala con las clases A (demanda energético muy baja) a G (demanda muy alta). El factor decisivo para la clasificación fue la demanda de energía en comparación con un aparato de referencia ficticio. Por ejemplo, un frigorífico de la clase A debería consumir menos del 55% del valor de referencia, mientras que un frigorífico de la peor clase G debería consumir un 150% más.

¿Para qué electrodomésticos es obligatorio el etiquetado del consumo de energía en Alemania?

  • Frigoríficos y congeladores
  • Lavavajillas
  • Lavadoras y secadoras
  • Televisores
  • Hornos domésticos
  • Gorros de cocina
  • Lámparas y luminarias
  • Aspiradoras
  • Acondicionadores de aire
  • Calefactores
  • Unidades de ventilación del espacio vital
  • Calentadores de agua y depósitos de agua caliente
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El progreso técnico genera confusión

Pero han pasado muchas cosas desde los años noventa. Los fabricantes han desarrollado aparatos cada vez más eficientes y, poco a poco, casi todos los modelos se han situado en las clases A y B. Para tener en cuenta el progreso técnico, la “mejor clase” A se amplió finalmente con signos más. A partir de 2011 salieron al mercado lavavajillas, lavadoras, televisores y frigoríficos de la clase de eficiencia energética A+++. Un televisor de esta clase de eficiencia máxima ya consumía un 90% menos de electricidad que el electrodoméstico de referencia correspondiente.

Además, la UE ha introducido normas mínimas, que a menudo dejan obsoletas las clases energéticas inferiores. Por ejemplo, desde noviembre de 2015, las secadoras de las clases C a G ya no podían venderse. Así, un electrodoméstico con la aparentemente buena clase de eficiencia energética B acaba de cumplir las normas legales en 2016. Para lavavajillas y frigoríficos, incluso la clase A+ se definió como la norma mínima.

La consecuencia inevitable: casi todos los electrodomésticos vendidos recientemente pertenecían a las clases de eficiencia energética A+ a A+++. Pero una etiqueta que da buena nota incluso a un devorador de energía dice poco. Para recuperar el significado y la finalidad originales, la UE ha decidido revisar a fondo la etiqueta energética en un proceso gradual.

Desde principios de marzo de 2021, los primeros grupos de productos, como frigoríficos, lavadoras y lavavajillas, deben etiquetarse obligatoriamente con la “etiqueta energética nueva”. Esto implica los siguientes cambios:

1. nueva escala de clases de eficiencia energética de la A a la G

Las clases A+ a A+++ desaparecen por completo de la nueva etiqueta energética. En su lugar, se reintroducirá la escala original e intuitiva de A (mejor valor) a G (peor valor). El código de colores del semáforo adicional de “verde oscuro” a “rojo oscuro” se mantiene sin cambios.

Así, un electrodoméstico con la etiqueta “A” vuelve a estar entre los más económicos de su categoría. Sin embargo, la UE ha endurecido considerablemente los criterios de clasificación: según los nuevos criterios, un frigorífico de la antigua clase A+++ puede clasificarse como mucho en la clase B. Así pues, en la primera fase tras la introducción de la nueva etiqueta, no se encontró ningún frigorífico de categoría A en el mercado. De este modo, la UE quería crear incentivos para que los fabricantes hicieran otro gran esfuerzo en el desarrollo de sus productos.

Por cierto, no existe un esquema fijo de conversión de la clase “antigua” a la “nueva”. Por tanto, un frigorífico o un lavavajillas con la antigua etiqueta A+++ puede acabar en la clase B según los nuevos requisitos, pero también puede deslizarse a las clases C o D. Esto se debe a que se han revisado y perfeccionado los criterios de evaluación de las distintas categorías de aparatos. Esto debería permitir una clasificación más precisa y significativa para el consumidor.

2. métodos de medición más realistas

Además del marcado con letras, la etiqueta energética también contiene información específica sobre el consumo de electricidad. Sin embargo, los valores de consumo de la etiqueta “antigua” y la “nueva” no siempre son comparables porque las condiciones de ensayo han cambiado. Ahora se ajustan más a las condiciones de la vida real en el hogar. En el caso de los frigoríficos, por ejemplo, el número de kilovatios hora es mayor con la normativa revisada, mientras que el valor medio de consumo de los lavavajillas es inferior.

3. nuevos valores de referencia de la demanda energética

La nueva etiqueta energética también pretende ser más fácil de usar para el consumidor gracias a unos valores de referencia mejorados y uniformes para el consumo de energía. Con la antigua etiqueta energética, los valores de referencia para el consumo anual se elegían de forma bastante arbitraria: Para los lavavajillas, por ejemplo, el consumo anual se basó en 280 ciclos de lavado, y para las lavadoras en 220 cargas de lavado.

Con la nueva etiqueta, el consumo anual se refiere siempre a 100 ciclos. Esto facilita mucho la conversión al consumo en el propio hogar y, por tanto, el cálculo de la demanda de electricidad prevista.

4. Código QR para más información

La etiqueta energética presenta de un vistazo la información más importante sobre el consumo de energía, ni más ni menos. Si desea obtener información más detallada sobre su nuevo electrodoméstico, sólo tiene que escanear el código QR que aparece en la esquina superior derecha de la etiqueta. Este código le lleva a la base de datos europea de productos llamada “EPREL”, (https://eprel.ec.europa.eu/screen/home) donde los fabricantes tienen que registrar sus productos sujetos a requisitos de etiquetado desde 2019. Desde principios de marzo de 2021, al mismo tiempo que la introducción de la nueva etiqueta energética, los consumidores también pueden acceder a esta base de datos. Contiene fichas técnicas detalladas de los productos con más información.

5. nuevos pictogramas

Por último, la nueva etiqueta energética contiene pictogramas más grandes y parcialmente modificados gráficamente. De este modo, las funciones más importantes del aparato resultarán aún más fáciles e intuitivas de entender.

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¿A qué aparatos se aplica el nuevo etiquetado y a partir de cuándo?

La nueva etiqueta energética se introducirá en un proceso gradual. Los primeros aparatos con doble etiquetado, es decir, con la etiqueta antigua y la nueva, ya están en el mercado desde noviembre de 2020. Desde principios de marzo de 2021, los siguientes grupos de productos deben llevar la nueva etiqueta:

  • Lavavajillas
  • Lavadoras y lavadoras-secadoras
  • Frigoríficos, congeladores y refrigeradores de vino
  • Pantallas y monitores

La UE ha definido una serie de excepciones: por ejemplo, a los modelos cuya nueva producción se interrumpía se les permitía conservar la etiqueta antigua durante nueve meses más.

Para lámparas y bombillas, la nueva etiqueta energética se introdujo el 1 de septiembre de 2021. La fase de transición durará hasta el 28 de febrero de 2023, durante la cual los productos llevarán en el punto de venta tanto la antigua etiqueta energética como la nueva. El legislador ha concedido aquí un periodo de transición relativamente largo porque la etiqueta energética suele estar impresa en el envase. Así, los comerciantes pueden vender sus existencias sin tener que reenvasar los productos.

Para todos los demás grupos de productos sujetos a la obligación de etiquetado, el cambio aún tardará un tiempo. El calendario previsto: A partir de 2024, será el turno de la mayoría de los demás grupos de productos, como hornos o aspiradoras; los calefactores no saldrán al mercado con la nueva etiqueta energética antes de 2026

En nuestra gran lista de consejos para ahorrar electricidad de WEMAG encontrarás cómo ahorrar aún más electricidad en general

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¿Cuándo merece la pena una nueva compra?

Según los nuevos criterios, más estrictos, muchos aparatos viejos sólo acabarían en las clases de eficiencia energética “deficiente” E, F o G. ¿Es mejor sustituir cuanto antes estos viejos devoradores de energía por nuevos electrodomésticos de alta eficiencia, por el bien del medio ambiente y de tu bolsillo?

Per0 este cálculo no siempre sale bien. Al fin y al cabo, la producción de aparatos eléctricos también consume recursos, cuesta energía y, por tanto, provoca emisiones de CO2. A esto hay que añadir los gastos de transporte y de eliminación del aparato viejo. El impacto medioambiental asociado no se incluye en las cifras de consumo. Por lo tanto, para el balance medioambiental, tenemos que admitir que a menudo es mejor seguir utilizando la vieja cocina eléctrica o el televisor hasta que se estropee y sólo entonces invertir en un nuevo aparato económico. A menudo, un electrodoméstico averiado puede repararse sin mucho esfuerzo.

Pero también depende de la clase de aparato. Según estudios, puede tener sentido sustituir los frigoríficos y congeladores después de sólo 5 ó 10 años, porque la nueva generación es mucho más eficiente desde el punto de vista energético. Lo mismo ocurre con las secadoras eléctricas: a partir de la “antigua” clase de eficiencia C, son muy ineficientes según los ecoexpertos y, por tanto, causan un impacto ambiental innecesariamente alto.

Los hábitos de uso también son decisivos

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que quien sustituye su viejo televisor por una pantalla plana de alta eficiencia del tamaño de una pantalla de cine probablemente no haya hecho ningún favor al medio ambiente. Porque un aparato grande consume más electricidad desde el principio, aunque esté técnicamente optimizado. Lo mismo ocurre si el lavavajillas se llena sólo hasta la mitad en el ciclo de lavado Eco. También en este caso, el posible efecto de ahorro se anula rápidamente.

Los expertos también llaman a este fenómeno “efecto rebote”: el progreso técnico hace que los productos sean más eficientes y, a menudo, también más baratos. Pero esto puede tentar a la gente a consumir más o a utilizar los electrodomésticos con más descuido. Por lo tanto, incluso con aparatos muy eficientes, ¡tenga cuidado de no utilizarlos innecesariamente con frecuencia o durante largos periodos de tiempo!

Cómo calcular en cuánto tiempo se amortiza una nueva compra

¿En qué momento merece la pena sustituir económicamente un electrodoméstico viejo? Puede calcularlo si conoce los valores de consumo del aparato antiguo y puede estimar la frecuencia con que lo utiliza. Para ello, siga estos pasos:

1, ¿Está disponible la etiqueta energética del antiguo electrodoméstico o hay una descripción del mismo? Busque allí los valores exactos de consumo. Normalmente, se trata de una especificación de “x kWh (kilovatios hora) por hora”. Si no encuentras información del fabricante, también puedes determinar el consumo exacto utilizando un contador de electricidad especial.
2, Calcule la frecuencia de uso del aparato (en horas al año). Sobre esta base, puedes calcular la demanda anual de electricidad (en kWh).
3. Multiplique el número de kilovatios hora (kWh) por el precio actual de la electricidad: obtendrá el coste anual de la electricidad.
4, Realice ahora este cálculo con los valores de consumo del nuevo aparato que desea comprar.
5, La diferencia entre los costes de electricidad “antiguos” y los costes de electricidad “nuevos” es la cantidad que puedes ahorrar anualmente.
6, Ahora divide el precio de compra del nuevo electrodoméstico por esta cantidad. Así sabrá en cuántos años se habrá amortizado la nueva compra.

Nueva herramienta de comparación para ayudar a los consumidores a comprar electrodomésticos

Si decide realizar una nueva compra, la herramienta de comparación “LABEL2020 Scan & Check” (https://tool.label2020.eu/qr-scan) le ayudará a elegir el aparato adecuado. El desarrollo de esta herramienta se financió con fondos de la UE y forma parte del proyecto de la UE “LABEL 2020”, cuyo objetivo es garantizar una transición fluida a la nueva etiqueta energética. La herramienta de comparación utiliza datos de la base de datos EPREL de toda la UE, en la que los fabricantes tienen que registrar sus productos desde 2019. Los consumidores también tienen acceso directo a esta base de datos, pero la herramienta Scan & Check financiada por la UE es más fácil de usar.

No es necesario registrarse para utilizar la herramienta. Los consumidores pueden utilizarla para buscar y comparar productos desde su ordenador o teléfono móvil. Para ello, basta con escanear el código QR de la etiqueta energética o introducir el nombre del fabricante y la designación del modelo. La herramienta permite comparar cualquier número de productos según los criterios seleccionados. Además, los costes de funcionamiento previstos pueden calcularse en función del comportamiento de uso individual. Esto debería permitir una decisión de compra mejor informada y ayudar a ahorrar una valiosa energía en el hogar. 

 Esperamos que os haya sido útil. Y por si acaso, aquí tenéis un video de Irlanda, que se entiende superbien!!

 

 

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