En esta reforma de cocina, el objetivo principal fue crear un espacio especial y con identidad propia, capaz de combinar funcionalidad y estética sin renunciar a la armonía del conjunto. Para ello, diseñamos la cocina en dos zonas claramente diferenciadas pero conectadas entre sí:
una zona técnica de cocción y fregadero, pensada para el trabajo diario, y una segunda zona más estética y acogedora, concebida como espacio de comedor y encuentro.
Ambos ambientes dialogan entre sí, funcionando como un todo, pero manteniendo una separación visual y funcional que permite disfrutar de dos espacios complementarios, cada uno con su propio carácter y uso.
El proyecto se completa con mobiliario del fabricante INKO, elegido por su calidad, diseño y durabilidad, aportando coherencia, elegancia y un acabado impecable a toda la cocina.
Como en cada uno de nuestros trabajos, esta reforma se desarrolló con un enfoque basado en la confianza, el trato cercano y la ejecución profesional, acompañando a los clientes en cada decisión y cuidando cada detalle. Nuestro compromiso no termina con la entrega de la obra: ofrecemos un servicio postventa cercano y eficaz, garantizando tranquilidad y acompañamiento también después de finalizar el proyecto.
El resultado es una cocina pensada para vivirse, trabajar y compartir, donde diseño y funcionalidad conviven en perfecto equilibrio.









